sábado, 7 de noviembre de 2015

Cambiar la bombilla fundida

El miedo fatiga. Sin apenas darme cuenta imagino nombres de personajes y el color de sus ojos.

Y se lo digo a mis manos.

Porque la necesidad comunicativa es más fuerte.

Y, después, al contaros sus aventuras, la tristeza se amansa.

Cada día una palabra para ser mejor persona. Aunque la encontréis en el prospecto de un jarabe para la tos.


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