La ingenuidad desde un silencio novedoso. El contorno dormido de los objetos. El deseo de sentir el cénit de la luz en este año que penetra tanto dentro del corazón. La vida comienza todas las mañanas. La esperanza y la voluntad de ser mejor.
En la intimidad del hallazgo, de la sinceridad. Recomponer la columna vertebral.
Y continuar.
Refutar lo espurio.
Porque hay un lugar en donde la identidad se limpia y reposa. Y al que regresar para ver la vorágine, la decepción.
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