Sardinas

REMIGIO.-¡Tú!

EL GATO GOLOSO.-¿Yo?

REMIGIO.-¡Sí, tú, el del bigote!, ¿ves a alguien más por aquí?

EL GATO GOLOSO.-¿Además de mí? Pues..., usted mismo, ¿no?

REMIGIO.-¡Apártate!

EL GATO GOLOSO.-¿No puede dar la vuelta?

REMIGIO.-¡Sácate de mi vista!

EL GATO GOLOSO.-Es que..., ¿cómo se lo diría?, ¡ah, ya sé! No me da la gana.

Adivinanza

EL OFTALMÓLOGO.-¿Cuál es la letra de en medio de la primera fila?

POLIFEMO.-Vaya...

EL OFTALMÓLOGO.-¿Qué ocurre?

POLIFEMO.-¿La jota?

EL OFTALMÓLOGO.-Frío, frío...

Indudablemente

CARLA.-No te importará que te ahorre la molestia, ¿verdad?

VERA.-¿Otro favor?

CARLA.-Alguien te ha visto.

VERA.-¿Y qué?

CARLA.-Su viuda todavía viuda se acuerda de ti.

VERA.-No me cabe la menor duda.

Deriva

ULISES.-Buenas noches, amor mío. Que las estrellas velen tu sueño.

Días en un cuenco

ULISES.-No te habías lavado el cabello, ¿verdad?

RITA.-No mires esas fotos.

ULISES.-¿Por qué? Si estás muy linda.

La casa de los balcones

EVA.-¿Ha llegado alguna carta para mí?

EL CARTERO DISPLICENTE.-Yo no he visto ninguna.

EVA.-Bueno, bueno; no hace falta ser tan desagradable.

¿Vestir de negro?

SU TÍA LUISA.-Tienes que lavarte tú.

FELIPE.-¡No!

SU TÍA LUISA.-No puede venir con nosotros.

FELIPE.-Pues yo quiero que venga.

SU TÍA LUISA.-Cuesta demasiado.

Perseverancia

"¡Sopórtalo, corazón! Ya antes soportaste otro ultraje aún más desgarrador, aquel día en que el cíclope de incontenible furia se puso a devorar a mis bravos compañeros. Tú lo sufriste, hasta que tu astucia te sacó de la cueva donde creíste que ibas a morir".

(Odisea, canto XX, vv 18-22; Homero)

Volver a empezar

ULISES.-Creo que...

RITA.-¿En qué piensas?, ¿qué te ocurre?

ULISES.-¿Por qué los objetos...?

RITA.-Habla, mi amor.

ULISES.-¿Por qué empequeñecen al alejarme?

RITA.-Te fatigas demasiado.

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