REMIGIO.-¡Tú!
EL GATO GOLOSO.-¿Yo?
REMIGIO.-¡Sí, tú, el del bigote!, ¿ves a alguien más por aquí?
EL GATO GOLOSO.-¿Además de mí? Pues..., usted mismo, ¿no?
REMIGIO.-¡Apártate!
EL GATO GOLOSO.-¿No puede dar la vuelta?
REMIGIO.-¡Sácate de mi vista!
EL GATO GOLOSO.-Es que..., ¿cómo se lo diría?, ¡ah, ya sé! No me da la gana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario