Caminar y convivir. Abrir los cuadernos y hallar borradores, diálogos. Cientos de palabras imaginadas, otras recogidas de los maestros y las historias se combinan, se disparan, se solapan.
Aún es verano y la Luz sigue siendo un prodigio en La Ciudad de las Palabras.
Aunque me gustaría tener a mis seres queridos más cerca.
Anoche soñé con el amor de mi vida y esta mañana me ha costado mucho esfuerzo levantarme. Caminar y convivir. Una extraña confusión entre la ingenuidad de la niñez, la fuerza del deseo y la paz de la serenidad que me inspiraban sus ojos, sus manos, su presencia, su apoyo.
A veces no es nada fácil asumir la soledad. A veces es muy difícil sobreponerse a la melancolía de un recuerdo imaginario. Educar la voluntad para comprender, caminar y convivir.
A veces recomponerse pasa por regalarle un conflicto a un personaje para poder elaborar con cierta cordura mi lugar en el mundo.
Sed felices.
No hay comentarios:
Publicar un comentario